Cómo analizar distintas fuentes de ideas de negocio en el proceso de emprendimiento

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Detrás de un negocio que funciona está la idea de una o varias personas que se ha llevado a la práctica y que los clientes han aceptado y han hecho suya. En este sentido, no se puede considerar que existan dos negocios iguales, aunque desde fuera puedan parecerlo, siempre habrá algo que les diferenciará relacionado con aspectos tales como su contenido, entorno, naturaleza pública o privada, gestión, tamaño o finalidad.

Desde un punto de vista general, existen dos grandes grupos de ideas de negocio, las de intermediación (que se relacionan con el acercamiento entre oferta y demanda en el espacio o en el tiempo) y las de producción (que se relacionan con la creación de bienes o servicios). Dar con la idea de negocio adecuada es la principal clave del proceso de emprendimiento y para ello es importante analizar distintas fuentes de ideas. Entre ellas se pueden encontrar las que están relacionadas con la demanda, con la oferta y con lo que se denomina benchmarking o evaluación comparativa.

Fuentes de ideas de negocio relacionadas con la demanda 

Desde el punto de vista de la demanda, se trata de encontrar necesidades que estén insatisfechas o mal satisfechas y que puedan satisfacerse con nuevos bienes o servicios. Para ello se pueden estudiar los siguientes tres ámbitos:

1. Necesidades humanas y su evolución 

La famosa Pirámide de Maslow es una teoría propuesta en 1943 que establece una jerarquía de las necesidades humanas, de tal modo que cuando se satisfacen las necesidades más básicas, las personas desarrollan necesidades más elevadas. Esta clasificación permite idear bienes y servicios determinados para cubrir las necesidades que se asocian a un nivel determinado de la Pirámide. Por ejemplo, la necesidad de estatus de una persona conlleva el consumo de bienes y servicios identificadores del mismo como puede ser un reloj de lujo o un vehículo de gama alta.

2. Necesidades empresariales que buscan minimizar costes 

La búsqueda continua de la eficiencia por parte de las empresas, es decir, de la capacidad de producir algo al menor coste posible, también puede ser una fuente de ideas de negocio desde el punto de vista de la demanda. De este modo, se puede idear una máquina que sea válida para utilizarse en el proceso productivo de una empresa y que consuma menos energía eléctrica. 

3. Necesidades de las administraciones públicas 

El sector público también demanda bienes y servicios que se alinean con sus objetivos y que pueden llegar a originar ideas de negocio. Por ejemplo, pueden hacerlo la demanda pública de un mobiliario urbano que sea resistente al vandalismo o de un alumbrado público de bajo consumo.

Fuentes de ideas de negocio relacionadas con la oferta

Desde el punto de vista de oferta, se trata de incorporar al mercado bienes o servicios innovadores que busquen una demanda nueva para ellos. En este caso, se pueden diferenciar dos tipos de fuentes de ideas según el grado de innovación que se incorpore:

 1. Introducción de un bien o servicio nuevo

Se incorpora al mercado un bien o servicio nuevo que no se conocía antes, lo que se considera una innovación de tipo radical o disruptiva donde los bienes o servicios que se lanzan son completamente diferentes a los conocidos anteriormente. Por ejemplo, fue radical la aparición en su día en el mercado del ordenador, que supuso una revolución en el mundo de la tecnología y un cambio en las formas de trabajar a nivel global.

2. Transformación de un bien o servicio existente

Se transforma un bien o servicio existente añadiéndole algún tipo de mejora, lo que se denomina innovación de tipo incremental. Por ejemplo, es lo que ocurre cuando una empresa viene produciendo un determinado tipo de refresco e incorpora a su oferta una nueva versión de la bebida que no contiene azúcar.

 Benchmarking o evaluación comparativa

Por último, la obtención de ideas de negocio se puede realizar evaluando los bienes y servicios que ofertan otras empresas que destaquen en el mercado, tratando de adaptar sus mejores prácticas a nuestra empresa, siempre en función de las limitaciones legales del derecho de la propiedad industrial. Por ejemplo, si un restaurante destaca en el mercado por la calidad del servicio que presta a sus clientes, puede tratarse de ofrecer un servicio similar después de evaluar y aprender las técnicas que utiliza para dar ese buen servicio.

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