¿Qué es el éxito empresarial? ¿Cómo lo medimos? ¿Cómo sabes si vas por el buen camino con tu negocio o tienes que cambiar de rumbo?
Aunque hay personas que miden su grado de éxito por la cantidad de ceros que tiene su cuenta bancaria, esto significaría devaluar el término, ya que el éxito va mucho más allá del dinero que ganes, sino de cómo lo ganes. Es decir que cualquier persona que quiera tener éxito debería comenzar por encontrar su misión en la vida y ofrecer al mundo su verdadero talento.
No hay éxito sin misión cumplida, ni misión cumplida sin éxito.
El éxito no es, ni más ni menos, que la consecuencia de emprender aquello con lo que verdaderamente te sientes a gusto, para lo que has nacido.
Éxito es sentir que estás cumpliendo con tu misión, con tu propósito de vida, más allá de la valoración económica que tenga. El beneficio económico no es una meta sino el resultado de cumplir con éxito tu misión.
Sin embargo, hay veces que el éxito no llega a pesar de dedicarnos a nuestro verdadero propósito. La explicación está en una serie de obstáculos o límites que impiden nuestro crecimiento personal y profesional. La mayor parte de estos frenos tienen que ver con las creencias que nos han transmitido nuestros padres, nuestro entorno y la sociedad que nos rodea.
Si tu padre o madre son funcionarios o empleados públicos, estos pensarán que lo mejor que le podría ocurrir a su hijo es convertirse también en un empleado del Estado, con un trabajo y sueldos asegurados para el resto de su vida. Esto es lo que ellos te habrán transmitido a ti, por tanto, si no vas en este camino, llegará la frustración de no haber alcanzado este objetivo y sentirás que no habrás tenido éxito en la vida.
Romper con estos convencimientos o convicciones que hemos adquirido a lo largo de nuestra vida es el primer paso para alcanzar el éxito.
Cómo medir nuestro éxito empresarial
- Establece unos objetivos alcanzables y medibles. Si te marcas metas inalcanzables te sentirás siempre frustrado. Para ello, trata de delimitar tus objetivos en pequeños logros. Esto te permitirá gestionar positivamente tus expectativas. También es importante repasar estos objetivos ya que con el tiempo estos pueden cambiar y lo que hoy es un objetivo mañana podría serlo no serlo.
- Analiza los números de tu negocio o proyecto bajo un contexto. No midas las cifras de ventas o facturación de manera aislada sino en relación con la situación actual de la empresa, de la competencia, del mercado o el entorno que rodea a tu empresa.
- Haz caso del termómetro social. Está bien tener una referencia cuantitativa de tu empresa sobre ingresos, rentabilidad, facturación, etc. pero también es importante conocer la opinión de tus clientes tanto potenciales como reales. Escuchar lo que dicen de ti te permitirá tener una visión más global del éxito de tu proyecto empresarial.
Lanzar un proyecto empresarial no es fácil, no sólo por esas creencias o limitaciones de las que hablábamos antes, sino por el miedo que se instala en muchos de nosotros antes de emprender y que nos impide salir de nuestra zona de confort.
Saber de antemano lo que tendría que ocurrir dentro del desarrollo de nuestro proyecto para que lo consideráramos un éxito es una ayuda para que los emprendedores se lancen y apuesten por su verdadero propósito de vida.
Cómo evaluar el éxito de tu negocio en cada una de sus fases
- Fase 1: Validación de la idea y del producto mínimo viable. Aquí ni buscamos la perfección, ni buscamos ganar dinero, simplemente queremos mostrarle la idea a nuestro cliente para ver qué le parece y obtener su feedback para ver qué mejoraría. Si nos dice que es un problema que quiere solucionar y que estaría dispuesto a pagar por él, entonces podríamos decir que esta fase ya sería un éxito, de lo contrario debemos pivotar hasta que así sea.
- Fase 2: Creando confianza. En esta fase lo que haremos será crear confianza en nuestro cliente. Para esto le daremos valor y contenido gratuito y empezaremos a crear nuestros primeros casos de éxito y testimonios. Para ello trabajaremos con nuestros primeros clientes, aportándole un valor descomunal para que empiecen a hablar bien de nosotros y permaneciendo muy cerca de ellos para enterarnos de los posibles errores que pueda tener nuestro producto y mejorarlo. En esta fase tampoco buscamos ganar dinero ni grandes márgenes. Siempre que nuestros primeros clientes salgan contentos y nuestro producto se empiece a dar a conocer será un éxito.
- Fase 3: Escalar. Cuando ya hemos tenido varios casos de éxito y nuestro producto está empezando a posicionarse en el mercado, es el momento de inyectar capital, escalar el negocio y empezar a obtener beneficios.
Como conclusión, el termómetro del éxito está en uno mismo, en valorar en primer lugar si su proyecto atiende a su propósito de vida, para después, medir de manera cuantitativa y cualitativa los logros y objetivos, según cada una de las fases del negocio.
El fin empresarial ha de estar alineado con el fin personal para convertirse en un éxito.
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