Combinar los horarios y responsabilidades del trabajo y la vida cotidiana no siempre es sencillo, sobre todo cuando se posee un trabajo invasivo
- Cada persona debe tener un tiempo para sí misma, en el que se separe del trabajo.
- Trabajadores que recién comienzan a dar sus pasos en el mundo laboral, o aquellos que poseen empleos de jornadas extensas deben aprender a separar los tiempos.
- Los emprendedores enfrentan grandes dificultades para realizar esta división.
Tu horario de trabajo termina, te vas a tu casa pensando en todo lo que tienes que hacer al llegar. Ir de compras para hacer la cena, organizar tu dormitorio, ocuparte de la lavandería… Y sin embargo, todo lo que puedes hacer cuando llegas es pensar en ese informe que debes entregar a tu jefe. O peor aún, sientes la necesidad de continuarlo en tu casa para tener la certeza de que podrás entregarlo cuando haga falta.
En tus días libres piensas en lo que tendrás que hacer en la semana cuando vuelvas a la oficina, cuando conversas con un amigo se te ocurren ideas que podrías aplicar a tu rutina de trabajo, y casi sin darte cuenta tu empleo ocupa todo tu día.
¿Realmente puede decirse que sales de la oficina? ¿Tienes vida personal si siempre piensas en el trabajo? Toda persona debe ser capaz de poder dividir su tiempo en un horario para trabajar, otro para descansar y otro para hacer diferentes actividades de la vida diaria, considerado como tiempo de ocio o distracción.
Lograr hacer esta división no es sencillo, sobre todo para quienes recién empiezan a dar sus primeros pasos en el campo laboral y no saben cómo manejar las exigencias del empleo o gestionar adecuadamente su tiempo, o para aquellas profesiones altamente demandantes. Pero con actitudes concretas y práctica es posible realizar esta división y así lograr un mayor equilibrio entre vida laboral y personal.
¿Necesitas lograrlo? Te damos 3 trucos con los que podrás determinar un tiempo para cada una de tus tareas, y asegurarte de cumplirlo:
1) Realiza un cronograma diario
Marca lo que tienes que hacer cada día, tanto en el trabajo como fuera de él. De este modo, siempre tendrás delante tu lista de actividades y podrás organizarte de forma más efectiva para cumplirla en su totalidad.
2) Identifica tus demoras
¿En qué malgastas el tiempo? ¿Qué hace que necesites más tiempo en la oficina? Identifica esas debilidades y transfórmalas para asegurarte de que realmente puedas salir a tiempo de la oficina.
3) Piensa en tu marca personal
Si lo que quieres es transmitir capacidad y eficiencia, no será bien visto que debas pasar horas extra haciendo tu trabajo, sino todo lo contrario. Debes demostrar que eres capaz de realizar el trabajo que te han asignado en el tiempo dispuesto para ello, y por tanto, tener siempre presente tu marca personal y lo que deseas transmitir con esta.
El cambio es progresivo, debe hacerse poco a poco y con conciencia. Pero al final, terminará por permitir al trabajador una mejor gestión de su tiempo y un mayor disfrute de su tiempo libre, por lo que el esfuerzo definitivamente valdrá la pena.
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