El marketing es la función de negocios que identifica las necesidades y deseos de los clientes; determina los mercados meta que mejor pueden servir a la organización y diseña los productos, servicios y programas apropiados para servir a esos mercados.” Así se define el marketing en el libro “Fundamentos de Marketing”, escrito por Philip Kotler, economista y especialista en mercadeo estadounidense, conocido internacionalmente como “el padre de la mercadotecnia”.
Si prestamos atención a esta definición nos daremos de que es más que publicidad y venta de productos a los consumidores, como se ha malinterpretado. Esta disciplina, así como lo entiende Philip Kotler, es una filosofía que va más allá de la razón de negocios y con la que se guía a toda la organización, pues con ella nos acercamos a las personas para conocer sus principales necesidades y así hacerlos nuestros consumidores.
Todo esto suena bien, pero también está la otra cara de la moneda. Un marketing mal empleado puede provocar que nuestro negocio esté mal estructura y erróneamente vinculado con sus clientes.
Los errores más comunes
1 Una mala investigación
Es sumamente importante conocer primero a la empresa, cuáles son sus principales debilidades y fortalezas. Así se puede saber el alcance que se tiene.
Además, hay que saber que los consumidores se han vuelto cada vez más exigentes, por lo que al no conocer el estado del mercado podemos perderlos.
Muchas veces basta con acercarse a otras marcas y conocer la forma en la que ellos se vinculan con sus consumidores, como ellos reaccionan ante su producto y cuáles son sus comentarios.
2 Un mal enfoque
Es común que se quiera conquistar a todo el mercado, tratando de acercarse a todo el público posible. Lograrlo sería idóneo, pero no es lo más conveniente, ya que así se crean estrategias con poca conexión con las personas, menos atractivas y sin contenido enriquecedor.
Hay que tomar en cuenta que la región, la cultura y hasta la religión influye mucho en la forma de pensar de las personas, por lo que sus gustos dependen mucho de donde crecieron y qué educación recibieron. Por eso es ideal conocer a quién queremos dirigirnos, cómo y con qué mensaje lo haremos. Además, en el intento por impactar a un número mayor corremos el riesgo de perder a las personas que podrían ser fieles a nuestra marca.
3 Mala planeación del presupuesto
Una estrategia de marketing conlleva dinero, pues en ocasiones hay que invertir para publicidad de Facebook, utilizar aplicaciones o contratar a alguien que se especialice en ello.
Debemos tomar en cuenta que al iniciar una estrategia los resultados se mostrarán en un mediano y largo plazo, por lo que no se debe invertir todo el dinero desde un inicio. Antes, hay priorizar las estrategias y hacer que poco a poco salgan más opciones. También es mejor mantener un porcentaje, que no sea más del 10%, para aquellos imprevistos que surjan.
4 Intentar vender más y llegar por todos los medios
Vender más implica más dinero, pues se necesitan recursos y usar más medios. Cantidad no es calidad y muchas veces se fijan más en la cantidad, gastando todos sus recursos para lograr impactar a un número más grande de personas.
Es mejor tener bien definido qué medios usaremos y a quienes queremos llegar, eso nos quitará de encima algunos medios innecesarios y saber qué sector no se interesará en nuestro producto o servicio; ahorraremos más recursos y obtendremos consumidores que sean fieles a nuestra marca.
American Express, por su parte, recomienda que hay que enfocarse más en fidelizar y no en capturar, por lo que ellos explican que lo más importante es mantener una relación con nuestros principales consumidores y no descuidarlos en el intento de tener más.
5 No cuidar el contenido
Muchas veces se hace un mensaje visualmente atractivo, pero con poca información relevante. Si queremos hacer una campaña de marketing debemos publicar mensaje claros y que sean enriquecedores, pues de lo contrario dejarán de prestar atención a lo que publica la marca.
Despreciar el mercado local: Creemos que nuestra marca es la mejor, que nuestro producto o servicio es original y nada se le iguala, pero lo importante es lo que piensa el público al respecto.
Si no conocemos a nuestra competencia podemos llegar a cometer sus errores, competir con algo que al que no podemos ganar y no distinguirnos de los demás.
6 No tener más de una estrategia
Algunas estrategias fracasan, por cualquier razón; también el mercado cambia y también las necesidades de los consumidores. Si no planificamos más estrategias, aquella que creamos se volverá obsoleta.
7 Aplicar estrategias de otras marcas internacionales
Podemos basarnos en algunas estrategias, pero copiarlo sería un grave error. Principalmente porque no podemos comparar las necesidades de un país de primer mundo con las de uno en vías de desarrollo.
Como hemos dicho, conocer a nuestros consumidores es lo ideal y no debemos esperar a que respondan como lo hizo el mercado en otro país.
Autor: Milos Mendoza
Ver más en: Negocios Inteligentes
