Lean Startup para crear tu negocio

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Entender la filosofía del método Lean Startup es sencillo. Saca al mercado un producto en fase beta y ve perfeccionándolo con la interacción de los clientes. Descarta lo que no funciona y mejora lo que sí. Ahorras muchos costes, ganas agilidad y vas definiendo tu modelo de negocio. Así de bien funciona este método; aunque, cuidado, no es la panacea.

Por su tremenda forma cambiante, el mercado tecnológico es el caldo de cultivo ideal para poner en práctica el Lean Startup. Sin embargo, no tiene por qué ser el único ámbito de aplicación. Para Tim O’Reilly, CEO de la conocida editorial O’Reilly que se dedica a la enseñanza de todo tipo de herramientas tecnológicas, la metodología Lean se puede extrapolar “a programas gubernamentales, a la atención médica y a resolver los grandes problemas del mundo”. Para este experto, supone la respuesta a la pregunta “¿cómo podemos aprender más rápidamente qué funciona y descartar qué no?”.

¿Qué es el Lean Startup?

Lean en este contexto se refiere a magro, sin grasa. Es decir, lo que verdaderamente se aprovecha de la carne. Eric Ries diseñó el método Lean Startup para conseguir el magro de un producto novedoso. Aunque ya se habían hecho aproximaciones, antes de esta concepción, los procesos de testeo de un producto tecnológico innovador eran mucho más costosos. Ese coste retrasa la propia innovación y el fracaso del producto termina siendo inasumible.

El avance tecnológico que se está experimentando en los últimos tiempos es posible gracias a un cambio de mentalidad en la forma de hacer las cosas. El Lean Startup dice: no esperes a que tu producto sea perfecto para ponerlo a la venta. Encuentra un modelo viable y que se pueda ir escalando, es decir, perfeccionando y haciéndolo crecer a la vez. Se trata de trabajar sobre la idea de negocio e ir aprendiendo al mismo tiempo del mercado. Otra frase memorable del Lean Startup: “si hemos de equivocarnos, hagámoslo pronto y barato”.

A la hora de definir un negocio, este método es perfectamente compatible con el método Canvas. En concreto, con su derivación Lean Canvas.

Fases del modelo Lean Startup

El ciclo de actuación que propone el Lean Startup es circular. Inicia y finaliza continuamente y cada iteración te lleva a dar un salto en el crecimiento de tu idea de negocio. Tienes una hipótesis, la testeas mediante experimentos e incorporas las conclusiones para mejorar o desechar ciertas partes. Las fases que se repiten una y otra vez en ciclos muy cortos son las siguientes: construir o crear, medir y aprender.

  • Construir o crear. Lo que se construye es el producto mínimo viable o MVP, es decir, el que tiene las características fundamentales. Este producto te permitirá comprobar tus hipótesis iniciales sobre lo que crees que necesitan quienes lo van a adquirir.
  • Medir. Es el momento de hacer experimentos con el MVP directamente en el mercado. Te ahorras la fase de pruebas. Para ello has tenido que intuir las respuestas del mercado y definir una métrica que te sirva para analizar los resultados. En esta fase puedes descubrir nuevos nichos, otras utilidades y distintas oportunidades que pueden modificar el rumbo de tu negocio reorientándolo hacia el éxito.
  • Aprender. Gracias a las métricas, se obtiene información con la que se aprenden nuevos detalles para continuar mejorando. Lo que hay que determinar en esta fase es si se continúa en la misma línea o bien si hay que pivotar. Cuando se decide pivotar, es porque se va a cambiar alguna premisa básica. Se optimiza el producto insistiendo en lo que funciona y se abandona lo que no funciona, pivotando sobre determinados fundamentos.

El Lean Startup también tiene sus peros

Esta metodología no está pensada para que se mantenga sobre toda la vida de una empresa ni sobre cada uno de sus productos. A medida que una compañía va dejando de ser una startup, puede que esta forma de proceder pierda eficacia. Por ejemplo, si has ganado reputación con una herramienta que has ido perfeccionando, si sacas un nuevo producto a la venta, quizá tu clientela demande un producto terminado, salvo que establezcas fases beta con tarifas reducidas o estrategias similares.

Por otro lado, es un método muy eficaz en productos tecnológicos donde se requiere un nivel de innovación muy alto. Si tu producto se caracteriza por ser estable y no requiere un cambio o adaptación constante, puede que no sea buena idea lanzarlo al mercado en una versión de mínimos.

Por último, poner en práctica el Lean Startup supone invertir muchas horas de trabajo que no siempre dan los frutos que se espera. Hay que estar preparado para el fracaso. El no estarlo puede acabar con la motivación de quien ha decidido emprender.

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