Ahora se buscan jefes que motiven al equipo, lo inspiren, y sepan gestionar las tareas considerando este nuevo sistema. Pero que también sean capaces de guiar a los trabajadores para alcanzar las meta.
Realizar tareas dentro de una empresa mediante las llamadas células, equipos de trabajo que se armarn y desarman según sea el proyecto, es cada vez más común. Si bien son las compañías de tecnología las que suelen aplicar este sistema de trabajo, en algunas otras también se ha replicado en busca de agilizar los resultados.
Todo esto viene de la mano de la transformación digital, que trae como añadidura un cambio en la forma de liderar, donde quedará de lado la jerarquía como la conocemos. Ahora se buscan jefes que motiven al equipo, lo inspiren, y sepan gestionar las tareas considerando este nuevo sistema. Pero que también sean capaces de guiar a los trabajadores para alcanzar las meta. Y en esto hay que tener especial cuidado, ya que se habla que de ahora en adelante se buscarán trabajadores con desarrolladas habilidades sociales y emocionales, donde será necesario poder emprender, pensar creativamente, adaptarse, empatizar y colaborar.
Un estudio de la MIT Sloan School of Managemen analizó el escenario que debían enfrentar los líderes de la banca, y que coincide con el que les depara a los encargados de otras industrias. La visión transformadora fue mencionada como la habilidad más importante en el lugar de trabajo digital, lo que significa que se espera que los líderes se anticipen a las tendencias, tomen decisiones comerciales y reuelvan problemas. Otra de las habilidades indicadas fue el entender cómo las tecnologías impactarán en el éxito de la compañía.
De acuerdo con Marcelo Pinto, entrenador de consultores en HPI, hay que tomar en cuenta que el estilo de liderazgo del siglo XXI se caracteriza por generar confianza y vínculos, y que si a eso sumamos la transformación digital, los líderes ahora tienen que «fomentar el desarrollo de competencias que releven la capacidad de adaptación, flexibilidad, autonomía y eficacia, de modo de asegurar una fórmula que permita moldear el proyecto o el desarrollo de la organización a los recursos específicos del entorno».
Pero, ¿qué deben hacer quienes están haciendo el tránsito entre el liderazgo tradicional y el que ahora se necesita? Pinto recomienda «desprenderse del ego como una forma de validar al equipo, de mostrar respeto a la mejora continua, donde el aprendizaje aparece como consecuencia de la colaboración y no es dirigido, solo beneficioso».
No son pocos los que se asustan ante los retos, pero lo cierto es que todos podemos adaptarnos y salir airosos de las nuevas exigencias que se nos imponen. Para Pinto es fundamental que podamos:
- Pasar a la acción y no subestimarnos: «Somos capaces de más de lo que creemos. A partir de esto generamos la energía necesaria para seguir creciendo en todo aspecto».
- Conocimiento. «No solo desde una perspectiva técnica, sino también conocer la experiencia de otros y vincularla con nuestra realidad. Ese es el gran desafío, no solo de los nuevos líderes sino de los profesionales, avanzar hacia una nueva mirada con más apertura y más humanizada».
Al finalizar el estudio de MIT Sloan, los académicos responsables sugirieron asesorarse en temas de tecnología, especialmente con los nativos digitales; participar en conversaciones sobre estos temas con líderes de otras compañías; y desarrollar estrategias digitales que se centren en amenazas y oportunidades digitales.
Autor: Daniela Arce