Existe una gran diferencia entre ser proactiva y reactiva en los negocios. Los personas exitosas se enfocan en ser proactivas. Ser reactiva no solo es estresante y potencialmente caro, sino que además, con el tiempo, podría acabar con tu negocio.
¿Cómo actúan las personas proactivas en los negocios?
- Planifican con anticipación: saber cómo deberían ser los próximos 1, 6 y 12 meses es lo más importante en los negocios actualmente. Las personas proactivas que tienen negocios establecen sus objetivos y regularmente los revisan para actualizarlos si es necesario y para asegurarse de que se mantienen en el camino correcto para lograr los resultados que desean.
- Tienen presupuestos establecidos: saben cuáles son sus objetivos, en términos de ventas, fidelización de clientes, ventas promedio, etc. También planifican sus gastos de marketing, gastos comerciales generales y establecen objetivos para el retorno de las inversiones. Sin estos cálculos, es fácil gastar de más en muchas áreas sin siquiera saberlo. Tener calculados los gastos futuros nos ayuda a evitar que nos «vendan» programas, ideas o servicios que no son útiles para lograr los objetivos que tenemos establecidos.
- Comprenden las finanzas de su negocio: no esperan hasta que su contable les diga que el negocio está bien para saber que el negocio está bien. Verifican sus ventas y balances de pérdidas y ganancias regularmente. Saben exactamente dónde están financieramente cada mes y luego tienen la información a mano para dejar de hacer lo podría perjudicar o introducir nuevos elementos que ayuden a alcanzar resultados positivos.
- Se concentran en el negocio y los clientes que quieren atraer: saben quién es rentable y quién no. Las personas proactivas con empresas saben y comprenden quiénes son sus clientes A, B, C y D y trabajan para eliminar a los clientes D y atraer más clientes A. No pierden tiempo ni dinero atrayendo a los clientes que no aportan a su negocio.
¿Cómo actúan las personas reactivas en sus negocios?
- Nunca planifican: están constantemente preocupadas buscando la manera de seguir funcionando en los próximos 6 meses. Sus tareas diarias incluyen más hacer llamadas de ventas desesperadas en lugar de planificar con anticipación para conectar y crear lazos con el tipo A de clientes. Estas personas trabajan «en su negocio» la mayor parte del tiempo y parece que nunca tienen tiempo para trabajar “a favor de su negocio”.
- Nunca establecen presupuestos: no están seguros de cómo o por qué los presupuestos son herramientas valiosas o, simplemente, no ven ningún beneficio en tenerlas. Están demasiado asustadas para establecer objetivos y previsiones de gastos por temor a no tener el flujo de efectivo necesario para mantenerlos. A menudo, si el flujo de caja es un problema, tener un presupuesto es tan estresante que incluso si el propietario de una empresa tiene uno, rara vez lo mira o lo usa como una herramienta comercial útil.
- Se esconden de las finanzas: no comprenden o no quieren saber sobre las cuentas de la empresa. Esperan que haya otra persona que tenga esto bajo control. No están seguros de a quién le deben dinero y, lo que es peor, quién les debe dinero. Todos necesitamos tener a una persona de confianza que se ocupe de la contabilidad de la empresa, que sea eficiente y nos ayude a comprender la situación en cada momento y la proyección de nuestro negocio. Pero, como propietarios, es importante entender las cuentas y en qué momento nos encontramos financieramente.
- Aceptan cualquier propuesta de negocio o cliente: están tan desesperados por obtener efectivo que aceptan a cualquier cliente, independientemente de cuán rentable pueda ser el trabajo. Continúan trabajando para clientes que no pagan a tiempo y reducen los precios y los beneficios para obtener trabajo rápido. Si entendemos nuestras finanzas y cuál es nuestro «punto de equilibrio» en lo que respecta al trabajo con los clientes, podremos realizar mejores presupuestos y atraer a los clientes adecuados.
A menudo, las personas emprenden negocios porque son buenos en lo que hacen y les encanta, pero en muchas ocasiones estas personas no han recibido ninguna formación en administración de empresas y no tienen muchos conocimientos sobre cómo administrar un negocio rentable.
Los negocios pueden dar miedo y las finanzas por sí solas asustan a la mayoría de las personas.
¿Te identificas con el propietario de empresa proactivo o reactivo? Quizás reconozcas en ti un poco de ambos. Y si te identificas con la persona reactiva, no te avergüences ni temas…
¡Lo importante es que ya sabes hacia dónde cambiar!
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