Networking, el factor decisivo para los ascensos de las mujeres

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Hacer networking implica interacciones informales, compuestas de servicio, persuasión y conexiones con personas influyentes

Nadie llega solo a la meta”, este dicho es bien conocido en el mundo del deporte, y también en el de la Alta Dirección.

Los vínculos sociales son de gran importancia para el desarrollo exitoso de las carreras directivas. La toma de decisiones en las organizaciones no sólo ocurre en función del comportamiento del mercado y del sistema jerárquico de gobierno corporativo, sino que gran parte de éstas se realizan con base en redes de influencia.

Conocemos como networking al comportamiento proactivo para establecer vínculos sociales y desenvolverse en redes de influencia con el objetivo de crear relaciones profesionales que tengan como fin el beneficio mutuo, la colaboración y el crecimiento profesional.

También en este ámbito, las mujeres tienen retos que superar. Se ha encontrado que las mujeres tienen una tendencia menor a establecer relaciones profesionales informales.

Por esta razón, consideramos que desarrollar habilidades de networking es una herramienta clave para el avance de las mujeres hacia la Alta Dirección.

Beneficios del networking

A través del networking se realizan prácticas que impulsan a quienes desarrollan esta habilidad, como son el intercambio de información, el desarrollo de alianzas estratégicas, el aumento de visibilidad dentro del corporativo, la consejería y el surgimiento de relaciones de amistad.

Otros beneficios derivados del networking son el apoyo psicológico en momentos de tensión, la generación de ideas en conjunto, un ambiente de compañerismo y el desarrollo de habilidades sociales en general, lo cual ayuda a las personas a potenciar su capital social. Asimismo, la práctica de networking es considerada una competencia vital para manejar y orientar la propia carrera.

Generar este tipo de relaciones profesionales tiene un impacto positivo en la carrera de los directivos. Se ha demostrado que los individuos que saben realizar networking generalmente sobresalen en sus organizaciones, son promovidos hacia puestos de más responsabilidad y vislumbran un futuro más exitoso en sus carreras.

¿Cómo hacer networking?

Hacer networking implica interacciones informales, compuestas de servicio, persuasión y conexiones con personas influyentes; sobre todo, es una acción deliberada, es decir, requiere de una actitud proactiva. Pero, ¿cómo hacemos un networking efectivo?

En una investigación titulada “Networking Behaviors and Career Outcomes: Differences for Men and Women”, se presentan cinco acciones que favorecen el desarrollo exitoso en redes de influencia:

1. Mantener los contactos. Toda relación implica tiempo y dedicación, y los vínculos profesionales no son la excepción: la confianza se genera con el tiempo.

2. Socializar. Buscar y mantener relaciones cordiales con miras al crecimiento mutuo, así como procurar el intercambio de conocimiento y de servicio.

3. Involucrarse en actividades profesionales. Los miembros más participativos tienden a ser percibidos como poseedores de alto potencial.

4. Participar en la comunidad. Ser “parte de la conversación”, compartir ideas, experiencias y puntos de vista, así como asistir a eventos organizados por la compañía.

5. Incrementar la visibilidad al interior de la compañía a través de la búsqueda activa de tareas de alta visibilidad. De esta forma, se puede demostrar que se cuenta con el capital humano para ocupar puestos de mayor responsabilidad.

Athena Vongalis, experta en liderazgo femenino, sugiere en el artículo “Two Ways Women Can Network More Effectively, Based on Research” dos pasos que pueden ayudar a las mujeres a establecer redes que impulsen sus carreras:

1. Dar mayor importancia a la colaboración. Los proyectos que implican trabajo colaborativo, impulsan y hacen profundizar las relaciones profesionales, debido a que son una ocasión para generar ganancias mutuas.

2. Hablar sobre los objetivos de carrera. Compartir las aspiraciones y metas que se vislumbran en la propia carrera, sin miedo a parecer ambiciosa o a no lograr los objetivos. Articular las metas en voz alta invita a la colaboración y genera una percepción de proactividad.

El talento y la experiencia son elementos centrales, de los cuales depende el ascenso de hombres y mujeres hacia puestos directivos; sin embargo, las redes de influencia juegan un papel de impulso que se debe aprovechar al máximo.

Si aspiramos a que las mujeres tengan más oportunidades de acceso a la cumbre de los corporativos, alentemos a que el networking sea una herramienta mejor conocida y una “escalera” empleada efectivamente por las mujeres; y pensemos, como los deportistas, que a la cima se llega acompañado.

Ver más en: Forbes

 

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