El smartphone (o teléfono inteligente) es uno de los grandes avances tecnológicos de las últimas décadas. La amplia gama de funcionalidades que ofrece y, particularmente, la posibilidad de disponer de todas esas posibilidades en cualquier lugar y en cualquier momento han revolucionado nuestra forma de vivir. Además, los avances van tan rápido que es necesario prestar atención permanente para saber qué es lo último o qué hay de nuevo en el mercado.
Cómo nos relacionamos, cómo accedemos a la información, cómo empleamos nuestro tiempo libre. Todos estos aspectos han cambiado desde la irrupción del smartphone en nuestras vidas. Evidentemente, también ha cambiado nuestra forma de trabajar, y hoy el teléfono inteligente es una herramienta esencial para cualquiera, y, especialmente, los emprendedores. El smartphone nos permite optimizar el tiempo del que disponemos y ser más efectivos con nuestras tareas.
Si eres emprendedor lo sabrás: la atención que requiere tu negocio, probablemente, no conoce de horarios, ni tampoco de lugar. Puede que estés fuera de la oficina, o que ni siquiera tengas oficina porque ahora, la oficina de un emprendedor puede ir con él. El teléfono inteligente incorpora todas las funciones que antes requerían de un espacio físico. Hoy, el teléfono inteligente es la oficina.
En este sentido, es evidente que con independencia de las aplicaciones que decidas incorporar, y que te ayuden a gestionar tu negocio, el mismo smartphone debe reunir una serie de características mínimas para el emprendedor.
– Debe incorporar una batería que dure y aguante una jornada laboral a pleno rendimiento. No es lo mismo usar el smartphone únicamente para comunicarte (por mensajería instantánea o con llamadas) que como oficina virtual. Si le das un uso profesional al teléfono, la batería debe ser capaz de durar lo suficiente para no agotarse en mitad de la jornada.
– Debe tener una buena capacidad de almacenamiento. Si vas a instalar programas que te ayuden en tu trabajo, esto es necesario, con independencia de que además dispongas de una tarjeta externa. Recuerda: tu smartphone es también tu oficina, así y debes dedicarle un espacio adecuado a tu lugar de trabajo.
– Debes disponer de un buen plan de datos. Esta no es una característica del smartphone sino de tu contrato con la compañía. Si necesitas estar siempre conectado para saber qué está pasando en tu negocio, no puedes depender de un consumo limitado de datos que te impida realizar una gestión imprescindible cuando más lo necesites.
Como decíamos hace un momento, a partir de estas premisas esenciales, dispones de una gran cantidad de aplicaciones pensadas para el emprendedor. Las hay gratuitas y de pago, y sólo debes buscar que se ajusten lo mejor posible a tus necesidades profesionales. Por ejemplo, hay apps para gestionar proyectos, que además puedes sincronizar con el PC, que se actualiza en tiempo real y que puedes compartir con miembros del equipo. Otras te ayudan a gestionar los gastos, o facilitan la celebración de reuniones virtuales. Otras han nacido para gestionar necesidades modernas, como la gestión de las redes sociales de tu empresa.
En fin, hay incontables posibilidades que te ayudarán a gestionar el día a día de tu empresa en cualquier momento y lugar, si dispones de un smartphone adecuado para ello
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