Tener el apoyo de incubadoras, escuelas de negocio y hubs de innovación puede ser clave para alcanzar el éxito
Una buena idea tiene mucho valor, pero no basta para alcanzar el éxito. Los proyectos innovadores y disruptivos no crecen en los árboles, por lo que la ejecución es el factor que marca la diferencia para los nuevos negocios. Así, la trayectoria de dos compañías que arrancan con modelos de negocio similares puede separarse por infinidad de motivos pero, por norma general, se deberá a su capacidad para convertir su idea en útil y anticipar las tendencias de la demanda. Amazon no fue la primera compañía que decidió vender enInternet:su ejecución fue lo que marcó la diferencia.
Por lo tanto, el éxito depende de las sucesivas decisiones tomadas a lo largo del camino, así como de la velocidad y la flexibilidad con las que el conocimiento se aplica a las necesidades de los clientes. Por ello, encontrar el marco más adecuado para que un negocio despegue y comience a desarrollarse es clave y tendrá una incidencia fundamental para que el rumbo del proyecto se oriente hacia un futuro prometedor.
Opciones para crecer
En este sentido, aparece una serie de entornos en los que el proyecto de un emprendedor puede dar sus primeros pasos. En función de las distintas fases de evolución de un proyecto, las aceleradoras, incubadoras, hubs de innovación y escuelas de negocios abren la posibilidad de que los emprendedores tomen contacto con mentores experimentados y aprovechen un ecosistema propicio para que su idea se convierta en una compañía exitosa.
No obstante, las diferencias entre cada una de estas opciones son sutiles y pueden generar confusión entre los emprendedores.
En primer lugar, las aceleradoras son instituciones que acogen a start up que ya están en marcha. De esta forma, son entornos que se centran en acompañar a las compañías a un escalón superior de crecimiento favoreciendo su acceso a capital. En los últimos años, las aceleradoras corporativas, que cuentan con el respaldo de grandes empresas, han entrado con fuerza en el ecosistema, como Lanzadera, una iniciativa de Juan Roig, presidente de Mercadona.
En cambio, las aceleradoras verticales -que dan cabida a start up enfocadas en un mismo sector- han abierto un nuevo modelo de aceleración que está de moda en España. Es el caso de Atelier by ISEM, que se orienta a las empresas que desarrollan tecnología aplicada al mundo de la moda. Asimismo, algunos organismos públicos también han impulsado plataformas de este tipo, que promueven el emprendimiento en sectores estratégicos para la región.
A diferencia de las aceleradoras, las incubadoras no impulsan empresas, sino proyectos. Así, toman una idea de negocio en fase inicial y dan forma al modelo que puede resultar de esa iniciativa. En este proceso de incubación, la idea se transformará en un proyecto que adoptará el modelo más adecuado para su desarrollo.
Por su parte, los hubs de innovación son espacios creados para unir a los emprendedores y generar una comunidad que dé lugar a proyectos globales. Por último, las escuelas de negocios también pueden convertirse en un entorno apropiado para que una start up florezca, gracias al conocimiento que albergan y las conexiones que facilitan.
Leer más en: https://www.elobservador.com.uy/nota/como-elegir-la-alternativa-ideal-para-impulsar-un-emprendimiento-20199284955