A nadie le gusta ser impuntual, pero muchos que lo son no saben cómo remediar el problema. Estas son algunas estrategias.
Cuando se trata de temas de manejo de tiempo hay dos tipos de personas: las que llegan temprano a todo y las que llegan tarde. Las primeras usualmente no tienen problemas, pero las segundas sí. Especialmente porque, por lo general, es un problema frecuente en sus vidas. Según un estudio de la Universidad de San Francisco, 17% de la población es incumplida crónica. La razón no es muy clara, pero algunas teorías lo relacionan con problemas de atención, de ansiedad y a la necesidad de adrenalina. Muchos de los impuntuales gozan corriendo contra el tiempo. Recientemente también han sugerido que los incumplidos le temen a esperar y prefieren que los esperen a ellos. Para Andrés Aljure, coach de felicidad, algunos llegan tarde porque quiere evitar algo, o también por circunstancias ambientales como el sitio donde viven y los horarios laborales poco flexibles. Resolver el problema no es fácil. Uno de los primeros pasos, según los expertos consultados, consiste en reconocer el problema y entender qué tipo de incumplido es: el olvidadizo, el que subvalora el tiempo, el que no tiene control de sí mismo o el que evade responsabilidades.
1 Revise sus hábitos. Las rutinas de su vida pueden causar su impuntualidad. Aljure considera importante tener consciencia de ellas: «Muchos son impuntuales porque los demás aceptan ese hábito. Pero piense en que al serlo usted está jugando con el tiempo de los demás», dice.
2 Menos es más. La gente puntual no es menos ocupada que los impuntuales, pero sí más realista sobre lo que pueden abarcar en el tiempo. La recomendación es planear menos actividades para que cumpla cabalmente con las que tiene. Para esto es importante aprender a decir no.
3 Establezca horarios. Para estar a tiempo es importante que usted se ajuste a su tiempo. Esto solo es posible si usted lo respeta. Comience y cierre sus sesiones a la hora determinada aunque para lograrlo tenga que recurrir a una alarma. Deje espacios para imprevistos.
4 Planee bien. Aljure aconseja no pensar en la hora de llegada a la siguiente cita sino en la hora de salida para llegar a tiempo a ella. «El tráfico no es una lotería. Si tiene que salir, calcule el tiempo que se demora en los desplazamientos. Ser ordenado ayuda pues si planea todo con tiempo, al salir no estará distraído buscando las llaves o los documentos de su reunión», precisa.
5 Esperar es bueno. Si solo pensar en llegar con tiempo le parece una terrible pérdida de tiempo, planee qué hacer en ese tiempo libre. Ojalá sea una actividad muy específica y atractiva para motivarse a llegar temprano. Piense que llegar tarde tendrá consecuencias, así las otras personas no se lo manifiesten.
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