Vivimos en tiempos de incertidumbre, en los que el cambio parece que se ha instalado en nuestro día a día, con el consiguiente impacto en nuestra planificación, y, aún más importante, nuestra capacidad de adaptación y de toma de decisiones tanto personales como profesionales. Ante este escenario, ¿cómo podemos abordar la incertidumbre y los cambios que se avecinan?
Jaap Boonstra y Francisco Loscos, expertos de ESADE, explican en este artículo que existe una gran interrelación e interdependencia que implican una gran necesidad de interacción por parte de los líderes y responsables de equipos.
¿Cómo podemos organizar el trabajo en equipo cuando nuestro propio trabajo está sometido a presión? ¿Cómo podemos perfilar el futuro todos juntos? ¿Cómo reforzar el poder de la comunidad para lograr un cambio sostenible? ¿Cuál debe ser nuestro rol y nuestra contribución para lograr los cambios que vislumbramos?
Para responder a estos interrogantes, apuntan Boonstra y Loscos, una de las claves pasa por «estabilizar e innovar«. Por un lado, reducir costes ante una repentina caída de la facturación y, por el otro, desarrollar nuevas prácticas que impulsen la organización en tiempos convulsos.
En este sentido, se debe aceptar la nueva realidad y explorar nuevas posibilidades mediante la experimentación y la innovación. «Las empresas están mejor preparadas ante una crisis si gozan de una buena posición financiera«, recalcan los expertos de ESADE.
Este proceso no es fácil en algunos de los sectores más azotados por la pandemia del Covid-19, como es el caso de las pequeñas y medianas empresas y minoristas del sector hotelero, peluquerías o profesionales como los fisioterapeutas, quienes suelen disponer de menos capital, de modo que sus fuentes de ingresos se interrumpen pero los costes continúan, y por ello enseguida tienen problemas.
Por ello, es bueno que las ayudas del Gobierno se orienten a estos sectores; de lo contrario, las calles comerciales van a quedar vacías tras la crisis, porque muchos negocios habrán quebrado.
Precisamente en este tipo de empleos más orientados al público de forma directa, también es esencial mantener la comunicación y atención al cliente, a pesar de las dificultades. Si conocemos a nuestros clientes y ellos nos conocen a nosotros, podremos aproximarnos a ellos y ampliar nuestro mercado actual incorporando nuevos productos y servicios.
Por otro lado, hemos de trabajar con herramientas que nos aporten estabilidad en tiempos inciertos. En este sentido, trabajar con protocolos nos ayudará a enfrentarnos a la incertidumbre. Hoy en día podemos verlo en el uso de los equipos de protección. Gracias a los protocolos, no tenemos que reinventar la rueda una y otra vez, y podemos protegernos a nosotros mismos y a los demás.
¿Por qué algunas organizaciones responden rápidamente al cambio y otras se quedan estancadas?
Flexibilidad, sí o sí
A pesar de la necesidad de estabilización, si hay algo que ha puesto a prueba la crisis del Covid-19 es nuestra capacidad de adaptación y flexibilidad, no solo a título individual si no también de las empresas.
Actualmente son muchos los ejemplos reales de acciones de numerosas empresas que están adaptándose a una nueva realidad económica, por ejemplo a través del teletrabajo, o en las escuelas y universidades que se han pasado a la formación online en una semana. De hecho, el Gobierno opera cada día en un entorno dinámico e imprevisible. Pero al fin y al cabo, lo que hace es dar un sentido a lo que va sucediendo, trabaja con expertos e intenta estabilizar la situación.
El propósito siempre presente
Además de estabilizar e innovar a partes iguales, en una crisis es esencial no perder la identidad y poder trabajar desde nuestras fortalezas, teniendo muy claro «para qué estamos» y cuáles son nuestros «puntos fuertes».
Este proceso puede ser complicado dependiendo del modelo cultural de cada organización. Muchas personas perciben la cultura de su empresa como jerárquica o familiar y, por tanto, orientada internamente, y bastantes menos como innovadora y orientada al mercado.
Ello puede concebirse cuando las personas están sobreviviendo en la organización, pero resulta problemático cuando se trata de improvisar, innovar, demostrar agilidad y actuar con orientación al mercado, apuntan Jaap Boonstra y Francisco Loscos.
el cambio solo ocurre cuando se sienten interpeladas emocionalmente y sienten que tienen espacio para actuar
Si las normas existentes y los modelos culturales más arraigados llevan al estancamiento, es necesario cuestionarlos y cambiarlos. Además, cuando percibimos inestabilidad e incertidumbre, es cuando más necesitamos la interacción, el compañerismo y el apoyo de los demás, pero este apoyo o espíritu solidario entre compañeros puede ser un problema si impulsa la «confirmación» de las relaciones actuales y «dificulta» la innovación.
En este sentido, afirman los expertos de ESADE, es necesario cambiar los modelos culturales para dar respuesta a sucesos imprevistos y posibilitar la innovación.
¿Pero por qué algunas organizaciones responden rápidamente al cambio y otras se quedan estancadas? Una explicación puede ser que la jerarquía, los procesos y los procedimientos son elementos dominantes de su cultura, o que la cultura familiar no tolera apartarse demasiado de la norma. La cultura, pues, está orientada básicamente hacia adentro. Solo cuando resulte realmente necesario habrá lugar para la innovación.
Cómo enfocar una estrategia de cambio
No existe una fórmula mágica para gestionar el cambio, y sí muchas estrategias. No obstante, lo que comparten todas ellas es que siempre hay que tener claro el «punto de partida estratégico». Por ejemplo, en aquellos casos que se requieren elevados costes en sacrificios, recursos, personas… lo normal sería que la dirección tome la delantera y actúe con determinación.
En estos casos, podría ser útil y relevante seguir una estrategia de poder, racional y/o de negociación. Ahora bien, cuando se trata de actuar sobre la orientación al cliente o sobre el impulso de la innovación, la estrategia de motivación, de aprendizaje y de diálogo son las más útiles.
Debemos asumir la incertidumbre, atrever a soltarnos, buscar apoyos y realizar innovaciones para enfrentarse a lo inesperado
La mayoría de las personas no se dejan vencer por el cambio por una convicción racional, sino que el cambio solo ocurre cuando se sienten interpeladas emocionalmente y perciben que tienen espacio para actuar.
Debemos asumir la incertidumbre, atrever a soltarnos, buscar apoyos, alimentar la esperanza, desarrollar nuevas ideas y realizar innovaciones para enfrentarse a lo inesperado.
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