¿Ideas para un Negocio? ¡Hágase ésta pregunta!

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La definición etimológica de Negocio es “actividad que genera utilidad, interés o provecho para quién la pone en práctica”. El Negocio es una función, no una estructura. No es lo mismo que Empresa (como particularidad que muchas veces se desconoce), y constituye el objeto de trabajo del Emprendedor. Todo Negocio se desarrolla como producto del esfuerzo de un Emprendedor, más allá que luego se convierta en una Organización grande e impersonal debido a su sana evolución.

Y todo Negocio emerge a partir de una IDEA.

La acepción etimológica de Negocio permite hacer una contextualización valiosa de la que pueden emerger  muchas ideas para cambiar la realidad y el mundo.

Para que un Negocio se perfeccione y efectivamente le genere “utilidad, interés o provecho” al Emprendedor, debe simultáneamente representarle beneficio al destinatario: al comprador, cliente objetivo o consumidor.

Por lo tanto, quién desea identificar o hallar una IDEA de Negocio, debe preguntarse lo siguiente:

¿Cómo puedo ayudar a los demás? ¿Qué puedo hacer que sea de provecho para la gente? ¿De qué forma ayudo para mejorar algo en la vida de las personas?

De las respuestas, cualquiera que fuese el contexto, emergen las IDEAS para montar un Negocio.

Si una Idea genera beneficio a otras personas, inmediatamente produce utilidad, interés o provecho a quién la plantea, y así comienza el circuito virtuoso del Negocio y el emprendimiento.

Ciertamente, mientras más grande la ayuda o el beneficio, mayor el potencial de la Idea, pero la magnitud y su perspectiva es irrelevante. Allá donde una Idea genere satisfacción de una necesidad o resolución de un problema de la gente, existe el embrión de un Negocio.

Los emprendimientos pueden fallar por muchos motivos, pero si se fundamentan en elementos, situaciones y procesos que ayudan a los demás, el defecto no tiene origen en la propia Idea.

Por lo mismo, es siempre más importante la ayuda que pueda recibir un Emprendedor para organizar y desarrollar el Negocio que para identificar una Idea, ésta última tiene génesis más simple que la tarea posterior de convertirla en realidad concreta.

No es razonable que personas que tienen inquietudes para emprender, no tengan nociones de una Idea de Negocio. Formas de identificar productos, servicios o procesos que sean de beneficio para alguien, existen siempre, en toda actividad, rubro o giro. Emprender a partir de ésa Idea es otra cosa.

No es la Idea de un Negocio lo que identifica a un Emprendedor, es el hecho de tomar la decisión para implementarla y organizar los esfuerzos de activación lo que lo distingue y califica.

Mientras existan hombres existirán necesidades, y allí terreno fértil para ideas que puedan optimizar productos, procesos, servicios, etc.

Las ideas no tienen “tamaño” como tal, por lo tanto no existe ventaja o demérito en ninguna. Toda Idea de Negocio es como la boca de un pozo, su magnitud no se mide en superficie, más bien en la riqueza que guarda en las profundidades y se manifiesta a medida que es explotado. Cuando alguien afirma que tiene “una gran Idea de Negocio”, en realidad tiene una similar a cualquier otra. Su potencial está en función de otras variables, entre ellas la capacidad de darle vida por medio del emprendimiento.

Existe un denominador común en las Ideas del Bombillo Eléctrico y el Clip: ambas sirvieron para ayudar a la gente. Que una haya revolucionado la vida de la humanidad y la otra las tareas de escritorio, corresponde a la magnitud del beneficio para los destinatarios (y el número de ellos, por supuesto). Los emprendedores detrás de ambas ideas tienen idéntico mérito, porque finalmente hicieron posible que se convirtieran en realidad.

Todos los productos que existen, los servicios o procesos, pueden optimizarse en términos del beneficio que otorgan: TODOS. No hay uno solo que cumpla perfectamente su propósito, por el  hecho simple que la perfección no existe en nada sobre la tierra. Una Idea de Negocio para ayudar a los demás puede tener origen en cualquier producto, servicio o proceso existente. Sólo es necesario observar de qué manera se pueden mejorar sus prestaciones y beneficios. Esta es una veta inmensa para quién busca.

También existen Ideas que se insertan en terrenos vírgenes o de poca exploración, por supuesto, pero esto no determina su calidad o naturaleza. Muchos entienden que si una Idea no es completamente original, entonces no es digna de considerarse útil. ¡Eso no es cierto! Toda Idea, en tanto tenga el potencial de ayudar a alguien, es viable para planificar un emprendimiento.

Hay personas que tienen una Visión muy desarrollada de las cosas y en ése sentido son más aptas para identificar Ideas ajenas a la percepción de la mayoría, pero eso no limita el progreso de negocios y emprendimientos. No todos poseen una Visión poderosa, pero es igualmente útil ser un meticuloso OBSERVADOR  y medir las cosas que suceden para encontrar respuestas a la pregunta ¿qué puedo hacer para ayudar en algo a los demás?

En la dimensión de las Ideas de Negocio, el Emprendedor destaca más en tanto que buen Observador que Visionario. Finalmente la Visión es también una observación, aunque seguramente más aguda y de mayor alcance.

No está mal calificar a un Emprendedor por visionario, pero es más apropiado calificarlo como alguien dispuesto a ser de ayuda a los demás por medio de la explotación de una Idea que les genere beneficio. ¡Cuánto “sinsentido” encontrarán muchos en esta afirmación!, especialmente aquellos que  poca estima le guardan al emprendimiento, al empresario, y todo aquello que exalta el NEGOCIO como vehículo de bienestar y desarrollo. ¡Pero esta es la verdad!

No existe emprendimiento que no sea virtuoso, digno y de sano aporte, porque de hecho cada uno nace como respuesta a las necesidades de las personas.

Sin Ideas de Negocio, Negocios y Emprendimientos, seguiría el hombre en las cavernas.

Ahora bien, hay que tener cuidado y pertinencia en las afirmaciones. NO es Emprendedor quién tiene una Idea, ni siquiera aquel que pretende convertirla en un Negocio. Emprendedor es quién se inscribe en todo el proceso y trata de llevarlo adelante una y otra vez: fracasando, alcanzando éxito y fracasando de nuevo para volverlo a intentar. El Emprendedor no es producto de una Idea de Negocio (exitosa o no), el Emprendedor produce Ideas de Negocio una y otra vez, toda su vida, en la extensión exacta del tiempo que tienen las propias necesidades de las personas, aquellas que pretende satisfacer para hallar “utilidad, interés o provecho” mutuo.

Por esto “algo falla” cuando una persona se define o se siente Emprendedor pero afirma no tener  “una Idea de Negocio”. Esto solo comprueba que no existe sensibilidad para identificar las necesidades de la gente, y que posiblemente se carece aún de Conciencia Emprendedora. Lo que por otra parte no amerita juicio, puesto que nadie nace Emprendedor, de la misma forma que nadie nace inventor o artista. Todas son personas que cultivan y ordenan sus inclinaciones a lo largo de la vida, con mayor o menor éxito, con  más o menos ayuda.

Y así como es cierto que nadie nace siendo Emprendedor, igualmente es verdad que la mayoría de las personas no tienen inclinación ni deseo de serlo nunca. ¿Quiere decir esto que el resto de la humanidad no tiene propensión de ayudar a la gente? ¡De ninguna manera! El mundo no se divide entre Emprendedores y “todos los demás”. El mundo está simplemente (y por fortuna), compuesto de Individuos, todos iguales entre sí. Las personas se ayudan unas a otras, ¡seguro!, esto forma parte de su propia humanidad. Pero el momento que surge la actitud de ayudar y contribuir incorporando el Negocio como vehículo, y cuando ésta intención se hace una práctica de vida, aparece un individuo distinto, emerge el Emprendedor.

¡Cuán lejos se encuentra un Emprendedor de las ideas hedonistas de riqueza fácil, fama y fortuna! El Emprendimiento no es un objetivo en sí mismo, tampoco es un oficio. Emprender es una forma de Vida, una manera de ver el mundo y entender la existencia.

Mezquino y mediocre es el criterio de aquellos que afanosamente califican al Emprendedor en función de sus logros prácticos o resultados concretos. De igual forma que mezquino y absurdo sería el criterio de calificar a los ingenieros de acuerdo a quienes construyeron obras que salen en fotos de calendario, o a los artistas por lo cerca que su trabajo se encuentre de lo hecho por un Velázquez o un Beethoven.

Emprendedores los hay de todo tamaño y calibre, de mayor y menor éxito, según el “criterio social” del que se trate.

Cuando existe una persona que dedica su vida al sincero y noble trabajo de identificar necesidades de la gente y satisfacerlas a partir del desarrollo de un Negocio, existe un Emprendedor que merece ser enaltecido. Mucho más si no hubiera tenido la fortuna de alcanzar todo el beneficio personal que anhelaba, porque así se verifica la existencia de una persona coherente con sus principios de vida, y su deseo de habitar el mundo en libertad, buscando oportunidades para realizarse a partir de otorgar ayuda para que otros también mejoren la calidad de su existencia.

¿Ideas para un Negocio? Que empiece entonces la tarea de identificar aquello que ayudará a la gente a mejorar algún aspecto, por pequeño que fuese, de su vida. Ésta es la forma de Emprender, de conseguir que la fortuna lo alcance a uno en el camino y de cambiar el mundo, una Idea a la vez.

Ver más en: Emprendices

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