Una aceleradora está diseñada para empresas ya establecidas en el mercado que quieran expandirse, mejorar sus ventas y conseguir inversión. Para lograr esto, invierten en las startups y se hacen socios. Es decir, son dueños un porcentaje de la empresa. A cambio, ofrecen apoyos en orientación, capacitación, contactos y profesionales de varias áreas para aumentar la probabilidad de que tenga éxito.
En México, hay un interés muy grande en las aceleradoras. De acuerdo con un estudio de Citibanamex Compromiso Social y la Red de Aspen de Emprendedores para el Desarrollo (ANDE), 21% de los emprendedores las buscan por sus contactos; 20%, por los mentores; 17%, por el financiamiento directo, y 12%, por los nuevos inversionistas que pueden encontrar.
Algunos especialistas, sin embargo, consideran que estos programas no son más que relaciones públicas de las empresas detrás de los fondos de inversión, ya que al final, no aportan al crecimiento real de la mayoría de las startups en las que intervienen.
1. Las aceleradoras no siempre funcionan
De acuerdo con un artículo de Harvard Business Review, aunque hay poca investigación sobre las aceleradoras, existen cuatro puntos en común que ayudan a entender lo que hacen por las startups.
- Si se compara a las empresas que se gradúan de estos programas con las que no, los avances son obvios. Básicamente, consiguen llegar a objetivos importantes como conseguir capital y clientes en menos tiempo. Pero, si la comparación es solamente entre empresas que sí han asistido a estos programas, es evidente que en muchos casos, no hay crecimiento. De hecho, en algunos casos, las aceleradoras hacen que sea más lento.
- Es más probable que las empresas que consiguen apoyo de aceleradoras obtengan su siguiente ronda de inversión que las que fueron apoyadas por inversionistas ángeles. También es más probable que sean compradas o que fracasen antes.
- En general, se ha visto que el factor que realmente ayuda a las empresas es el periodo de aprendizaje y mentorías que las aceleradoras ofrecen. Otros factores como inversión, experiencia de los emprendedores y contactos, no son tan determinantes.
- En ciudades donde hay una fuerte presencia de aceleradoras, se ha detectado un impacto positivo en el ecosistema emprendedor. En general, estas ciudades desarrollan más oportunidades de financiamiento fuera de las aceleradoras.
2. Las aceleradoras tienen sesgos
Ya se ha demostrado que los inversionistas tienen sesgos de género cuando se trata de escoger algún negocio. También, que prefieren los proyectos donde existan menos barreras culturales o de lenguaje con el emprendedor, incluso si el proyecto tiene deficiencias graves en su planeación.
En general, esto parece indicar que es más importante cómo te perciben los inversionistas que lo que tu proyecto puede aportar y cómo lo presentas. Por esto, algunos especialistas sugieren que la forma en la que se presentan los proyectos a las aceleradoras debe cambiar para eliminar los sesgos posibles. En general, recomiendan que los procesos sean más anónimos para eliminarlos.
3. Las mejores son las que reconocen las necesidades de cada proyecto
De acuerdo con el estudio de Harvard Business Review, las aceleradoras con más éxito son las que identifican las necesidades financieras de cada startup. Es decir, no es una buena estrategia tener un solo plan para que todas las empresas se adapten a él.
Además, como ya dijimos, el factor más importante es el conocimiento que adquieren los emprendedores, no el dinero. Por eso, la gran mayoría de los emprendedores prefiere usar el tiempo de las mentorías para mejorar su producto o sus habilidades.
Autor: Diego Coto
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