Cierra tus ojos durante un segundo y piensa en un líder. ¿Qué ves? ¿Estás pensando en un político, un CEO o un líder militar? Es fácil entender por qué se nos vienen a la mente este tipo de imágenes. Los líderes suelen ser percibidos como personas inteligentes, extrovertidas y decisivas. En algunos casos, los líderes incluso pueden parecernos un poco intimidantes.
El problema con una imagen que sugiere una figura de autoridad agresiva es que puede evitar que algunos líderes potencialmente fuertes vayan tras roles de liderazgo o alcancen su máximo potencial. Es fácil malinterpretar o tener concepciones erróneas sobre lo que es o no es un líder.
Con esto en mente, identifiquemos 10 de los mitos más populares sobre el liderazgo para que descubras nuevas oportunidades y te hagas cargo de tu equipo de manera más efectiva.
1. Liderazgo empresarial
Hay una suposición de que todos los emprendedores son líderes natos. La realidad es que el simple hecho de haber tenido una idea oportuna no significa que seas capaz de organizar, operar y hacer crecer un negocio, incluso si tu idea es un negocio multimillonario.
Incluso si eres el “fundador” de tu negocio, no creas que automáticamente estás en la mejor posición para ser su líder. El liderazgo no viene con la descripción de un puesto, sino con tener una visión y lograr que los demás sigan esa visión, con hacer crecer el talento, con escuchar e influir en los demás. Todas esas son cualidades que pueden estar presentes en un CEO externo que contrates, tal como lo hizo LinkedIn con Jeff Weiner.
Si no crees tener buenas cualidades de liderazgo, entonces es mejor dejar tu ego en la puerta y entregarle el reino a alguien que sí tenga mejores capacidades para liderarlo.
2. Los líderes no deben mostrarse vulnerables
Puede que uno de los mitos que más prevalecen sobre los líderes es que, independientemente de la situación, deben mantenerse fuertes y estables. Si aceptan alguna culpa, cambian de dirección o escuchan a los demás es señal de debilidad. Por supuesto, esto no podría estar más lejos de la verdad.
Los líderes fuertes asumen la responsabilidad de sus errores para poder aprender de ellos. Son receptivos a la retroalimentación, incluso cuando ésta es negativa. No tienen todas las respuestas y muestran su lado humano escuchando y preocupándose por sus empleados.
3. Un gran líder es frío, agresivo y omnipotente
Estoy seguro de que en algún momento te ha tocado trabajar con un líder que cree saberlo todo. Actúan medio rudo, hablan con superioridad e incluso se separan del resto del equipo, sintiéndose por encima de los demás. Ahora, piensa en cómo era tu desempeño bajo su guía, te apuesto a que no eras tan productivo ni estabas tan motivado como pudieras haber estado, ¿cierto?
Los empleados quieren que sus líderes se preocupen genuinamente por ellos. Quieren sentirse respetados. Y el empleado quiere que sus ideas y preocupaciones sean escuchadas con amabilidad. La mejor manera de agudizar estas habilidades de liderazgo es aumentando la inteligencia emocional. Aumentar tu coeficiente intelectual emocional te ayudará a ser más consciente de ti mismo, empático y un mejor comunicador. Como resultado, crearás una buena relación con tu equipo.
4. La gente prefiere a los líderes extrovertidos
¿Cuál es la diferencia entre extrovertidos e introvertidos? Mucha gente cree que la extroversión tiene que ver con la forma en la que te comportas en situaciones sociales. Se cree que los extrovertidos son más sociables y seguros, y que los introvertidos son tímidos y antisociales. Sin embargo, ser extrovertido o introvertido tiene que ver más con la forma en la que procesas la información.
Los extrovertidos resuelven los problemas discutiéndolos y buscando el consejo y la opinión de otros. Los introvertidos procesan sus pensamientos y conflictos internamente. Por estas diferencias, no nos sorprende que los extrovertidos se van más atraídos hacia los roles de liderazgo. Ser un líder implica interactuar con otros, ¿cierto?
La realidad es que no todos los extrovertidos tienen materia de líderes. Muchos individuos exitosos como Warren Buffet, Bill Gates, Barack Obama y Marissa Mayer, son introvertidos. Que no seas el director de un departamento o que no te sientas cómodo entre mucha gente no significa que te tengas que quedar atrás del liderazgo. Puede que incluso así tú tengas las habilidades de liderazgo correctas para inspirar a otros.
5. No hay suficiente tiempo para desarrollar habilidades de liderazgo
Como con cualquier habilidad que vale la pena tener, se requiere tiempo para desarrollarla. Usar la “falta de tiempo” es una muy mala excusa. Todos tenemos las mismas 24 horas en el día, y todos tenemos demasiadas cosas que hacer, sin embargo, de alguna forma muchos otros líderes pueden mejorar sus habilidades de liderazgo sin problema.
El problema no es que no haya suficientes horas en el día, sino que no estás manejando tu tiempo correctamente. Por ejemplo: despertarte 30 minutos antes o delegar tareas menos importante a otros podría liberarte algo de tiempo que podrías usar para leer, tomar un curso o trabajar con algún coach o mentor.
6. El liderazgo es sinónimo de administración
Asumir que el liderazgo es sinónimo de una buena administración es otro mito común. Una buena dirección y una buena guía no siempre pueden equipararse a un buen jefe. Hay algunas distinciones razonablemente significativas entre estos dos roles, como:
-Los líderes crean una visión, los jefes establecen roles.
-Los jefes mantienen el status quo mientras que los líderes son agentes de cambio.
-Los líderes son conscientes de sí mismos y únicos. Los jefes copian a otros y adaptan y adoptan el estilo de liderazgo de otros
-Los jefes controlan o evitan riesgos y problemas, mientras que los líderes están dispuestos a correr riesgos.
-Los líderes se mantienen enfocados en el panorama general. Los jefes trabajan en objetivos a corto plazo.
-Los líderes aprenden algo nuevo todos los días; los jefes confían en sus talentos ya existentes.
-Los jefes construyen sistemas mientras que los líderes construyen relaciones.
-Los líderes entrenan, los jefes asignan tareas y ofrecen una guía.
-Los jefes tienen empleados. Los líderes, por el otro lado, tienen fan leales y dedicados.
Si tienes un equipo con objetivos múltiples o complejos, es importante conocer la diferencia entre liderazgo y gerencia. Así puedes desarrollar habilidades de liderazgo o de administración, dependiendo los que te falten. También pudieras considerar encontrar a alguien que te ayude a complementar las habilidades que te faltan.
7. Todos los líderes son pioneros
Ser pionero no es necesariamente algo malo, después de todo, los pioneros son ambiciosos, competitivos, arriesgados y orientados a objetivos. Al mismo tiempo, también son independientes y son la fuerza detrás de un negocio. Una fuerza independiente y motivado puede dificultar el trabajo con otros.
Por ejemplo, mientras estás fuera impresionando a los clientes, inversionistas y consumidores a través de discursos y presentaciones, no hay nadie detrás que respalda a las tropas. Si bien los pioneros definitivamente pueden hacer que las personas se unan a su visión, los líderes saben cuándo dar un paso atrás. Un verdadero líder o jefe reconocerá el talento y trabajará junto a este equipo para impulsar a todos hacia una misión y visión compartidas.
8. Los miembros de mi equipo siempre me dirán la verdad
Puede que no te estén mintiendo completamente, pero probablemente tu equipo sólo te esté dando verdades a medias, sobre todo si tienes una personalidad difícil. Puede que seas un individuo complicado, emocionalmente agotado, y por lo tanto es fácil entender por qué tienes problemas de liderazgo. Si un empleado te da una mala noticia y tu exageras en tu reacción, ¿por qué habrían de volver a abrirse contigo?
Tus empleados deberían poder abrirse contigo y ser 100 por ciento transparentes, pero si los castigas, ¿crees que repetirán el mismo error? Escuchar la verdad no siempre es fácil, pero sin la información completa no puedes tomar decisiones bien informadas ni puedes crecer como líder.
Para motivar a tu equipo a decirte la verdad, construye una cultura de tranquilidad en la que controles tus emociones. Enfócate en lo que se debe hacer a continuación en lugar de buscar culpables, dándole a la gente una segunda oportunidad. Haz que la retroalimentación sea algo fácil de dar y recibir. Considera hacer una encuesta en línea o hacer un focus group con alguien externo. Cuando contratas a alguien de fuera se garantiza el anonimato, así que los miembros de un equipo no tienen miedo a sufrir repercusiones.
9. Los mejores líderes se ensucian las manos
Obviamente, el hecho de “ensuciarte las manos” no significa esconderte en tu oficina. Habrá momentos en los que te toque estar trabajando codo con codo con tus empleados, mientras sea en las actividades correctas. Como líder, deberías enfocarte principalmente a actividades como decisiones, prioridades y responsabilidades. Las tareas que no sean de liderazgo deberían estar automatizadas delegadas o contratadas por fuera para no drenarte, ni mental ni físicamente.
Recuerda: lidera con tu trabajo y no priorizando el trabajo de los demás.
10. Los líderes siempre deben estar “activos”
Finalmente, hay un malentendido de que los líderes siempre deben estar activos, 24/7/365. La realidad es que todos, independientemente de su posición de liderazgo, necesitan un descanso. Revisar tu correo durante el fin de semana o cuando estás de vacaciones es una forma garantizada de llegar a la fatiga.
Necesitas tiempo lejos para reflexionar y enfocarte en lo que realmente importa, como pasar tiempo con tu familia, hacer ejercicio o aprender información nueva. Si tomas descansos puedes aclarar tu mente y desestresarte. Y como resultado, serás un líder con más energía, te sentirás más concentrado y serás más creativo.
Autor: John Rampton
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