Hoy es el Día Internacional del Emprendedor, pero estamos en medio de una crisis global. ¿Podemos hacer algo para resistir?

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Debemos avanzar, descartar lo que funcionó ayer y aceptar que el mañana ya cambió.

Hoy es Día Internacional del Emprendedor, pero este año lo vamos a celebrar en medio de una crisis global.

No te lo voy a negar, la semana pasada me sentí muy perdida. El encierro, las cifras de contagios de coronavirus Covid-19 y el complicado panorama económico que se vislumbra empezaron a colapsar mi ánimo. Creo que se incrementó porque mi familia es italiana y las fotografías de Bérgamo en la región de Lombardía, donde se ven los camiones en fila llevando cuerpos a otras zonas de Italia para cremar, me hicieron temer lo peor por México.

Entonces, pasó lo que siempre sucede en Entrepreneur: me topé con la infinita bondad de los latinos en tiempos de prueba. Decidí arrancar un listado a través de mi cuenta de Twitter con ofertas que emprendedores estén lanzando durante la cuarentena. Pensé que solo juntaría unas 50 ofertas, pero ya llevamos 114. Hay quienes regalan webinars, clases de meditación, venta de galletas para juntar para insumos médicos, impresión 3D de máscaras faciales de plástico, etc. La respuesta en pocos días ha sido muy contundente. He visto a hombres y mujeres mexicanos de negocio combatir la pandemia con innovación, optimismo y liderazgo. Con inmensa generosidad.

Los emprendedores latinoamericanos e hispanos somos resilientes. Es parte de nuestro ADN. Venimos de países que viven crisis continuas, por lo que somos expertos en adaptarnos y volver a empezar una y otra vez. Como prueba basta ver cómo los emprendedores han relanzando sus productos con nuevas ideas y repensado sus negocios para digitalizarlos en tiempo récord.

Los emprendedores entendemos dos verdades sobre lo que está pasando:

  • El Covid-19 no nos va a detener. Solo altera los planes que habíamos trazados.
  • La mejor arma que tenemos para enfrentar la crisis económica es permanecer juntos (con sana distancia) y apoyarnos unos a otros.

Para mí, el papel de Entrepreneur en esta época histórica se hizo muy clao: contar las historias de emprendedores que están transformando el mundo, brindarte información coyuntural y acercarte a líderes con conocimientos para sobrellevar la crisis. En la marca hemos duplicado nuestros esfuerzos para publicar noticias al momento, guías para transformar tu negocio, seminarios web con expertos a través de nuestra iniciativa Entrepreneur Homeschool y darte nuestra revista impresa de manera gratuita en formato digital.

Debes estar preocupado y tomar esta pandemia en serio, pero, a pesar de lo que veamos en las próximas semanas, no hay necesidad de entrar en pánico.

Nuestra meta como sociedad en estos momentos es aplanar la curva, es decir, esparcir los contagios en un plazo de tiempo más largo para que no superen la capacidad de nuestro sistema de salud. El distanciamiento social es la mejor arma que tenemos por el momento para lograrlo.

Soy una optimista pragmática. Sé que este virus es malo, pero podría ser peor. Creo que la relativa baja mortalidad del Covid-19 nos da la oportunidad como raza humana de mejorar nuestros sistemas y protocolos de salud para estar listos para enfrentar un patógeno más agresivo en el futuro. También creo que es un gran momento de hacer algunos cambios en ciertas normas sociales como aceptar el home office como una opción válida de trabajo, la capacidad de laborar en horarios abiertos, o simplemente, de entender que cuando alguien está enfermo ¡no debe ir a la oficina a trabajar!

Cada año, miles de pequeñas y medianas empresas (Pymes) mueren porque no se atreven a digitalizar sus negocios o a modificar sus ideas preconcebidas sobre qué son y qué hacen. Si esta experiencia hace que nos volvamos más “avispados” sobre la importancia de abrirnos a nuevos canales y crear redes de apoyo en nuestras comunidades, se salvarán millones de negocios en años venideros.

No estoy tratando de minimizar el efecto del coronavirus en nuestras vidas. Hay una población altamente vulnerable (los adultos mayores, quienes padecen diabetes, hipertensión o viven con un sistema inmune comprometido), pero la historia ha demostrado una y otra vez que la humanidad es bastante “aguantadora” (hace 102 años sobrevivimos la pandemia de influenza, la epidemia más virulenta de la que se tiene registro en la historia moderna).

Estos momentos pueden sacar lo peor de nosotros, pero también lo mejor de nuestra humanidad. Cómo nos sintamos ante la crisis, depende mucho en lo que nos enfoquemos de ella. De nuevo, hay que tomarlo en serio, pero no hay necesidad de entrar en terror absoluto.

Para mí eso significa estar agradecida por los médicos y enfermeras que tiene mi país, las varias iniciativas para apoyar a las Pymes que han visto mermados sus ingresos, los científicos en todo el mundo que están trabajando sin descanso para encontrar una vacuna, los emprendedores grandes y chiquitos que están poniendo su granito de arena.

La economía tarde o temprano se recuperará. Es un ciclo inevitable. Creo que esta experiencia hará más fuertes a México y América Latina si lo logramos superar la pandemia con empatía.

Debemos avanzar, descartar lo que funcionó ayer y aceptar que el mañana ya cambió. Esta crisis alimentará la próxima ola de innovación y hoy estamos definiendo nuestro futuro.

Autor: Martha Elena Violante

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